El último domingo de mayo organizamos el primer encuentro casero, que dimos en llamar “Somos Caseros en …” Es la manera en que estamos pensando los museos, específicamente Museos Caseros. Llevar los museos a una escala humana, más de hogar, con los afectos, con lo que tenemos, compartiendo. Si pensamos en casa, tenemos los aromas de la cocina, los recuerdos y no falta lo que nos termina de hacer humanos: las mascotas. Los perros más específicamente. Algunos tienen gatos, y algunos otros peces. Ya he contado que mis abuelos tenían un loro. Pero en verdad este newsletter es para hablar de los perros.
La relación entre perros y humanos es más antigua de lo que se creía hasta ahora. El reciente hallazgo de grabados en piedra en Arabia Saudí ha reactivado la controversia sobre la determinación del tiempo en el que los perros dejaron de ser lobos salvajes y fueron domesticados por el hombre.
Desde tiempos ancestrales, los perros han acompañado al ser humano, convirtiéndose en sus fieles compañeros. Ya sea como guardianes, cazadores o simplemente como amigos leales, los perros han jugado un papel crucial en nuestras vidas. Esta relación tan especial no solo ha perdurado a lo largo de los siglos, sino que personas y perros han coevolucionado, es decir ambos han cambiado en esta relación bidireccional.
En la actualidad, los perros son considerados parte de la familia en muchos hogares alrededor del mundo. Su capacidad para entender nuestras emociones y su incondicional amor los ha posicionado como una de las mascotas preferidas. Más allá de su rol como compañeros, también asisten en tareas terapéuticas, rescates y en el trabajo policial.
1- Chicha
Perro Salchicha, gordo bachicha toma solcito a la orilla del mar. Tiene sombrero de marinero y en vez de traje se puso collar. El show del perro salchicha - Maria Elena Walsh
Desde que nací tuve mascotas, en verdad siempre tuve perros o perras. Heredé una tortuga y una vez tuve un pez. Los gatos no me gustan.
Cuando nací en casa ya estaba Rabito. No tengo recuerdos de él. Un día, mientras comía y yo lo molestaba, me mordió, en la cara. Tengo una cicatriz en el labio. Mis viejos se asustaron y lo regalaron. En realidad me tendrían que haber regalado a mí porque el pobre perro se estaba alimentando pero entiendo que es más fácil regalar-recibir a un perro que a un niño. Después vino Aquiles, el perro salchicha (existe el museo de los Perros salchicha) de mi infancia-adolescencia. Divino, pero cabrón como pocos. Falleció a los 18 años re viejito. Aquiles tuvo pareja, Petisa, raza perro, callejera a la que mi vieja le abrió la puerta de casa y nunca más salió. Aquiles y Petisa tuvieron hijas: Covadonga y Petunia. Las últimas perras que tuvieron mis viejos. Después mi vieja empezó a tener gatas y ahí los nombres no los retengo. En Montevideo era Angie la perra de las Cambón. De más grande me siguió hasta casa un perro todo roto al que entré, le puse de nombre Elefante y a los pocos meses se murió porque ya lo había encontrado con moquillo. Lo traté con el veterinario pero el moquillo estaba muy avanzado. Al poco tiempo vino Manolo, un bóxer que a los 5 años se murió de cáncer de piel. En 2014, Carolina, compañera de los museos de arte, preguntó quién quería una perra cachorrita, de apenas unos meses de vida. Y así llegó Chicha a casa, que pronto cumplirá 10 años.
De chico iba a la casa de mis amigos y estaba Belcha, la perra de los Ducos, Boomer y Daisy, la pareja de Pekineses de los Ascenzi, X, la perra más joven de los Coscia, Crockett el de los Raiji, después vino el Jack.
En la tele, en los dibujitos animados que veía, estaba Droopy; hablaba en un tono monótono y, aunque no lo pareciera, era lo bastante astuto como para vencer a sus enemigos. Scooby Doo, de voz ronca y de miedo inigualable. Pluto generalmente caracteriza al perro de Mickey Mouse, aunque también ha sido la mascota del Pato Donald y de Goofy, que es un perro antropomorfizado. Ayudante de santa es el perro de Los Simpsons. Fue encontrado por Bart, luego de que en una carrera de perros no lograse ganar, sino todo lo contrario, quedar el último, razón por la cual su dueño lo abandona. En los 90 fui fanático de Ren, el perro chihuahua de Ren y Stimpy. La única corbata que me compré en mi vida era de Ren y Stimpy.
A los 8 o 9 años empecé con las historietas como ya he contado y leía a Ideafix el perro de Obélix, amigo de Astérix, Ran Tan Plan el perro de Lucky Luke -juego de palabras con el perro Rin tin tin, pero a modo de parodia (siendo Rin tin tin un perro muy inteligente y Rantanplan un perro bastante tonto). Milú, que acompaña a Tintín en todas sus aventuras. Odie, el perro de Garfield. Y el más protagonista de todos, el Mendieta, que además habla.
De las pelis, y series, la más icónica fue Lassie, tanto que en un momento todos tenían una perra Lassie, no era collie, era Lassie.
2- Sentimental
Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser. Libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer. Callejero - Alberto Cortez y Facundo Cabral
En la historia del arte hay mucho perro y no hablo de los artistas.
Entre mis obras favoritas hay dos en las que un perro es protagonista. Hace muchos años recorriendo la muestra permanente en la fundación Klemm llegué a “Sentimental” de Pablo Suárez.
Un homenaje a los perros abandonados y al amor profundo que el artista sentía por ellos, incluso Suárez hablaba de esta obra como un autorretrato: abandonado y esperando la mano simpática de alguien.
La primera vez que entré al Museo del Prado quería recorrerlo todo, ver todas las obras. Buscaba especialmente Las Meninas, El jardín de las delicias y una de Goya. En las tres obras hay perros. En el catálogo del Prado de 1900, se le dio el título de "Perro semihundido" a esta obra de Goya pintada entre los años 1820-1823. De mis obras favoritas.
De perros y museos y a lot of money tenemos a Puppy de Jeff Koons. Ese arreglo floral con forma de perro que llama la atención al frente del Guggenheim de Bilbao. Un ejército de jardineros para mantener sus 40.000 flores.
BAD DOG
Este mega perro meando al Orange County Museum of Art de Richard Jackson llegó como parte de una retrospectiva en 2013 al museo.
Este mearle el museo (un mearle el asado) a esa idea de superioridad, restricción y exclusividad que ha caracterizado históricamente a los museos de arte.

3 - Sexo explícito
La flaca siempre estuvo buena, siempre. Yo la miraba trotando adelante mío y decía “mamita, si te agarro”. Más la miraba y más me calentaba, me ponía al palo. Y eso que no me había dejado acercarme demasiado. Porque es grandota la guacha, algo desmañada te diría. Pero, incluso eso, ese mismo asunto de moverse así, un poco torpe, un poco zanguanga ¿viste?, ese trotar un poco de costado, era lo que me tenía loco. ¡Treinta cuadras ya había trotado detrás de ella! O más... ¡Qué se yo! Quizás cuarenta, uno no le da bola a esas cosas en esos momentos. Yo, te digo, nunca voy a entender a las hembras.
Porque uno sabe que andan alzadas y hacen todo para demostrarlo. Además despiden ese olor fuertón y andan locas por un poco de sexo pero, después, hay que seguirlas como mil kilómetros para conseguir algo y arriba te muerden, las desgraciadas. Y todos en patota, en montón, corriendo como pelotudos detrás de ella que nos lleva a la rastra, adonde se le canta el orto, como ciego a mear nos lleva. Siempre me ha avergonzado muchísimo eso. Y eso que yo he sido medio travieso, especialmente antes de que me mandaran a la escuela. Pero siempre me dio por el forro esa cosa babosa, infame, de andar hecho un imbécil detrás de una hembra, como una banda de desesperados, dando un espectáculo lamentable. Porque aquello parecía el juego de “siguiendo al líder” ¿te acordás? La flaca cruzaba un baldío y nosotros cruzábamos el baldío; la flaca cruzaba un charco y nosotros nos metíamos en el charco; a ella se le antojaba atravesar un basural y nosotros atravesábamos el basural. Y, lo que es peor, yo veía, con el poco resto de lucidez que me quedaba, que ella nos iba llevando por la avenida Alberdi, a meterse como una boluda en medio de en medio de las cuatro manos que vienen y van echando putas de un lado a otro y que más de una vez ¡qué digo una vez! ¡miles!, han hecho cagar a uno de nosotros. Aparte, te confieso, la preocupación que me estaba alejando de la casa. Saber que se pasaba la hora de comer y que iban a empezar a preocuparse por averiguar a dónde carajo estaba yo. Incluso la responsabilidad. La custodia de esa casa está a mi cargo. El abogado ha depositado la confianza en mí, para que yo me la pase firme ahí detrás de la reja y no para que ande corriendo detrás de una loca que ya más de una vez me hizo lo mismo y, al final, ni cinco de pelota. Porque esa es otra. Uno puede correr, trotar, trepar, largar los bofes detrás de cualquier histérica, para que después la muy hija de puta no te dé ni la hora. No iba a permitir otro desprecio. Iba a ir hasta las últimas consecuencias, aunque tuviera que seguirla hasta la recalcada concha de la lora, como una vez, hace años, que detrás de una dálmata fui a parar a Capitán Bermúdez. Esta vez no iba a pasar lo mismo. Sentía las patas… ¿sabés cómo tenía las patas? ¡Así tenía las patas! Parecían cuatro hornallas. La boca pastosa por la calentura. ¡Y me picaba todo el cuerpo! Por el sudor, ¿sabés cómo sudaba? Pero no iba a dar el brazo a torcer. Ella se había parado sólo dos veces, en dos esquinas justamente, en plena zona comercial y nosotros nos habíamos arremolinado alrededor suyo como tiburones. Porque a esa altura de le persecución ya éramos como veinte ¡qué sé yo! Treinta. Siempre me pone mal esa multitud, esa falta de medida en la ambición, esa actitud ramplona de unirse a la patota, a veces, por el solo hecho de molestar o de joder un poco. Admito que la flaca le gustaba a cualquiera de la misma manera que me gustaba a mí. Pero había algunos pelotudos que se unían al grupo sin ninguna chance, como quien puede unirse a una murga, a una comparsa, a una procesión, al reverendo pedo.
Había un pekinés, por ejemplo, no te miento, que no medía más de quince centímetros de altura, que no le llegaba a la flaca ni al garrón, y venía tercero o cuarto, ladrando de vez en cuando, alborotando como si fuera un astro de cine, metiéndose entre las patas de los demás, al pedo, al grandísimo pedo, por hacer número, porque lo importante es competir o porque se creía que era una carrera, el pelotudo.
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Sexo explícito de Roberto Fontanarro en Uno nunca sabe, 2000.
4 - Tinolita y Monito
Lo que pocos saben es que la pasión de Perón por los animales no terminaba en sus perros. Desde que asumió su vida política, tomó el legado de Ignacio Albarracín —el primer defensor de los derechos animales en Argentina— e impulsó, en 1954, la Ley de Protección Animal (14.346), aún vigente.
En su vida los perros fueron muy importantes: pasó su infancia al lado de los ovejeros y mestizos; y durante su etapa política lo hizo con tres generaciones de caniches. Perón vio morir a cinco, uno de ellos quedó clavado en su corazón, y otros dos lo sobrevivieron.
“Algunos suelen educar a los perros como si fueran hombres. Hay que dejarlos que sean perros. No contagiarles cosas de hombres; les hace mal”
Canela, hija de Tinolita y Monito, murió en 1966 y, después de unos días de dolor, Perón lo enterró bajo la sombra de un algarrobo en el verde y amplio jardín de la quinta 17 de Octubre en Puerta de Hierro, España. En su honor hizo una placa que decía: "Canela. El mejor y más fiel de los amigos". Eso representó en su vida. Y también decía: “Este es el único que realmente me fue leal. El único que realmente me quiso”
5 - Muerto el perro, se acabó la rabia
En 1907, la perrera suspendió su accionar, buscando otros métodos de eliminación. "La intendencia ha resuelto suprimirla hasta tanto se construya la cámara de asfixia para dar una muerte más decente y aceptable a los canes sin bozalejo que revuelven tarros de basura, se aficionan a las pantorrillas y levantan la pata en la vía pública", publicó "La Nueva Provincia".
En la década del 20, se la denominaba "el patibulario vehículo, antesala de la muerte para el amigo más fiel del hombre".
Por 1935, el carrito-jaula circulaba con experimentados enlazadores por los barrios suburbanos, donde el número de animales ilegales alcanzaba cifras alarmantes.
Entonces, el servicio contaba con la oposición de los niños, quienes se encargaban de espantar a los canes para evitar que fuesen atrapados. "Así y todo, el número de perros que caen bajo los certeros tiros de lazo es considerable", se informó.
Hasta entrados los 80, la perrera siguió recorriendo los barrios de la ciudad. Atrapaba los perros en la calle para exterminarlos si no eran reclamados.
La Asociación Protectora de Animales del Sur existe desde 1958 para luchar por los derechos de los animales y contra las perreras, entendiendo que la perrera funciona levantando animales de la calle, y exterminarlos en cámaras de gas o por medio de un veneno.
Hoy, no existen las perreras, se prioriza el bienestar animal y la búsqueda de hogares permanentes para los animales rescatados.
6 - Van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir
Era rusa y se llamaba Laika. Ella era una perra muy normal. Pasó de ser un corriente animal a ser una estrella mundial. Laika - Mecano
El 3 de noviembre de 1957, la Unión Soviética lanzó a una perra callejera al espacio. Laika,, fue el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra.
Laika fue también la primera en morir en el espacio exterior, a las pocas horas de su lanzamiento. La pequeña cápsula del Sputnik 2 tenía una cantidad limitada de oxígeno y nunca estuvo previsto su aterrizaje.
Belka (Blanquita) y Strelka (Flechita), fueron los primeros seres vivos que fueron al espacio y vivieron para… ¿ladrarlo? Estas dos lograron lo que para muchos era clave en una futura misión con humanos: a bordo de la Sputnik 5, las perras estuvieron un día y medio dando vueltas a la Tierra. De este experimento se sacaron varias conclusiones importantes para la misión de Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio y héroe de la Unión Soviética.
Necesito recorrer el Museo de la Cosmonaútica. Necesito viajar a Rusia.
7 - Angeto, Violeta, Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas
¿Quién soltó los perros? ¿Quién, quién, quién, quién, quién? ¿Quién soltó los perros? ¿Quién, quién, quién, quién, quién? Baha Men - Who Let The Dogs Out
Tal vez alguien dejó la puerta abierta de la quinta y los cinco mastines se le escaparon y por eso no los vemos. Perros que no son descendientes tradicionales de ningún animal, son copias genéticas de un perro, y fueron creados en un laboratorio yanqui.
Conan, el original y la copia, llamado así por la película Conan el Bárbaro, es un personaje central en la narrativa personal de Milei, al decir que le salvó la vida cuando las personas lo habían abandonado y pasaron muchas navidades los dos solos.
Sordo, mudo y ciego, solo seguís fingiendo que todo el mundo es prescindible y nadie tiene un amigo de verdad. Dogs - Pink Floyd
Los perros invisibles, como Angueto, de Carlitos Balá, son símbolos de sus ideales libertarios, al bautizar a cuatro de ellos con el nombre de tres economistas conservadores estadounidenses: Murray Rothbard, Milton Friedman y Robert Lucas.
"¿Dónde están los perros? "¿No están en Olivos?", Se preguntó Sietecase en La Inmensa Minoría. "Le estoy adelantando una investigación que estamos haciendo nosotros", inició Sietecase y remarcó que los perros no están en Olivos. "Qué pregunta. Pero lo que pasa es que claro, en medio del quilombo que es Argentina", siguió.
"A mí me dicen que no están en Olivos. Es muy fácil. Te imaginás con lo que le sensibiliza el tema de los perros, le están pasando en este momento nuestro audio y nos está saliendo a decir: 'Acá están los perros, corruptos, comunistas, ensobrados'. Así que tranquilos, ya vamos a ver", sostuvo Sietecase y cerró: "Si la respuesta es así y nos muestra los perros, yo digo: 'Uy me dieron un dato equivocado'. Yo tengo ese dato".
Si alguno de estos días Milei aparece con uno de estos perros, lo vamos a ver como a Carlitos Scazziotta con Violeta.
8 - Jauría de frases, refranes, dichos y una creencia popular
Le tiró los perros: Trató de seducir a alguien.
Contento como perro con dos colas.
Vida de perros: mala vida
A cara de perro: Mala cara.
Se llevan como perro y gato: No se llevan bien.
Perro que ladra no muerde: Amenaza y nada más.
Como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer al amo.
Ni padre, ni madre, ni perro que le ladre: Solo, abandonado.
Un perro viejo no aprende trucos nuevos: Poca predisposición a cambiar.
No hay perro que no se parezca al dueño.
A otro perro con ese hueso: No me vas a tomar por boludo.
El último cola de perro: El que llega último recibe lo peor.
Le fue como perro en misa: Le fue mal.
Serio como perro en bote: Asustado, con miedo.
Más raro que perro verde: Poco común, extravagante.
Más perdido que perro en cancha de bochas: Desorientado.
Le quiso meter el perro: Lo quiso engañar.
Seguidor como perro de sulky: Tenaz.
«Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro». Lord Byron
“Si recoges un perro hambriento de la calle y lo haces próspero, no te morderá; esa es la principal diferencia entre un perro y un hombre”. Mark Twain
Cuando un perro aúlla debajo de la ventana, anuncia la enfermedad para uno de los miembros de la casa. Asimismo, si tiene la cabeza baja y la cola agachada y sin ningún movimiento, y si además se tira abajo de la cama del enfermo, muerte segura del amo. En cambio, si a pesar de la enfermedad del amo el perro está alegre y mueve la cola el amo se curará pronto.
Ceci n'est pas une papá
Mi viñeta. Ilustrada por Pedro Díaz Frontini inspirándose en las ilustraciones de Anna Lubinska y en mí. Y en Chicha.
Tengo hasta acá, si todavía me estás leyendo, gracias. Ahora podés comentarlo, likearlo y/o recomendarlo que yo me pongo contento como perro con dos colas y en quince días mando un nuevo mail.
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Nos vemos por los museos.
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Extras:
Un perro influencer. Recomienda museos y lugares turísticos
https://www.pipperontour.com
Dos canciones que no sé por qué se llaman así
Scooby-doo Pa Pa de DJ Kass
Escubidu de Todos tus muertos con Actitud María Marta (los 90´s)
y una de Snoop Dog, que además de llamarse así por el perro Snoopy, me gusta
Películas que vi y me gustaron en las que no hay perros más que en el título pero …
Un perro andaluz - Luis Buñuel
Reservoir Dogs - Quentin Tarantino
Ghost dog, the way of samurai - Jim Jarmush
Danny the dog - Louis Leterrier
Amores perros - Alejandro González Iñárritu
Dogville - Lars Von Triers
The Power of the Dog - Jane Campion
Un cuento
Messi es un perro de Hernán Casciari
Una canción
Perro andaluz - Serú Girán
Un poema
Epifanía del perro - César Mermet