Time is money
El próximo 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos. El ICOM este año propone “Museos, sostenibilidad y bienestar“. Y en estos días pensaba en esa búsqueda de Bienestar, en la falta de tiempo que todos tenemos en estos días.
Trabajo, agenda llena de reuniones y compromisos que nos encargamos de armar constantemente. Tiempo productivo vs Tiempo Libre. Trabajar, trabajar vs ocio, tiempo de descanso. Hay gente que dice que tenés que trabajar. La exigencia es la de trabajar toda la vida, sólo cuando estemos muertos nos dirán: descanse en paz.
Hoy le tenemos un profundo rechazo al aburrimiento y desconfiamos de lo que no nos entretiene.
¿Qué carajo estás haciendo con tu vida?
¿Qué carajo vas a hacer de vos?
1 - Un cafecito
De una reunión de trabajo pasamos a una reunión en el café para seguir trabajando pero en otro lugar.El café, un lugar para comentar el partido del finde o las grandes charlas para resolver los problemas del mundo se ha transformado en una oficina más. En las décadas de 1960 y 1970, los “cafés” formaban para los bahienses, uno de los puntos preferidos de encuentro. Entre los lugares más concurridos de la época, podemos señalar “La Rotonda” en la Galería Plaza, espacio que convocaba mucha gente, especialmente los días sábados al mediodía, en las tan concurridas vueltas céntricas.En el museo histórico se conserva la Máquina de café expreso Confitería “La Rotonda”.
Hoy, en el mundo de los encuentros virtuales, tenemos al cafecito como aporte.Cafecito es una plataforma de crowdfunding que busca unir a creadores de contenido, ONGs o proyectos con gente que quiera aportar a lo que hacen.
2- Otros mundos
Hasta no hace mucho tiempo, los mundos del trabajo y del tiempo libre no estaban tan separados como pareciera suceder en la actualidad, sino más bien todo lo contrario. A menudo, la instalación de talleres, almacenes y demás dependencias ferroviarias, iba acompañada de la aparición de otros espacios comunes. Y no precisamente por pura coincidencia.
En efecto, eran las mismas relaciones sociales construidas en el mientras tanto del laburo las que seguían funcionando después de hora. De modo tal que los compañeros de trabajo volvían a encontrarse en las sociedades de fomento, en los clubes, en las cooperadoras de las escuelas. (1)
3- Juego, luego existo
Cuando este lugar se conocía como Huecuvu Mapu, tierra de los demonios, antes del emplazamiento de la Fortaleza, en algunos momentos del año podía verse en la zona alta a dos grupos de jugadores impulsando una pelota con palos curvos, o wiños. ¿Se trataba de un ritual, una ceremonia, un juego? Un poco de todo, era un partido de Pali, juego y ritual mapuche. El lugar en el que jugaban, la cancha, llevaba el nombre de paliwe.
El juego tenía connotaciones sagradas y comunitarias: un partido de pali se jugaba para recibir el año nuevo, o para resolver una disputa entre dos grupos. Había equipos de hombres y de mujeres y, en circunstancias excepcionales, equipos mixtos.
Tiempo y espacio: una cancha de pali podía medir más de un kilómetro y, por el sistema de puntuación en el que un punto anulaba al otro, volviendo en más de una vez el score a cero, un partido podía llegar a durar ¡dos o tres días!
Quiero tiempo pero tiempo no apurado
Tiempo de jugar que es el mejor
M.E. W.
4- Bienteveo
Tirarse en un parque con los ojos bien abiertos para ver las nubes y tratar de adivinar figuras o cerrar los ojos y adivinar los cantos de los pájaros. Si sabemos de cantos de pájaros podemos sacar los sonidos, si no diferenciar los distintos sonidos del lugar en el que estamos. Bicho feo, bicho feo, bicho feo. Ese siempre lo escuché clarito. El bienteveo común o pitohué, también conocido como bichofeo, benteveo, wichiji, bichofué gritón, bichajué, cristofué, pecho amarillo, pistoqué, pitogüé o quitupí (Pitangus sulphuratus) es una especie de ave paseriforme perteneciente a la familia Tyrannidae.
Una leyenda guaraní dice que el benteveo es un nieto de mal corazón al cual el dios Tupá convirtió en pájaro por no alcanzarle a su abuelo moribundo un vaso de agua.
En el museo de Ciencias podés jugar a reconocer el canto de las aves en el Paseo de las aves y también lo podés hacer desde tu casa siguiendo este link
Tengo que reconocer que si escucho hablar del canto de las aves mi memoria vuela a los programas de tv de los 80 y la casa de mis abuelos donde dos por tres sonaban los hermanos Cuestas.
5- Un patio que son muchos patios
Mi abuelo Manolo, ya conté, además de trabajador municipal era guitarrista. En sus ratos libres tocaba la guitarra. Valses, milongas, tangos y la marcha de San Lorenzo. Pero el disfrute de mi abuelo estaba en el patio, en los árboles -níspero, ciruelo, damasco, parras, higuera-; en la huerta -achicoria, tomate, zapallo, acelga, lechuga-; en las flores, aunque ahí era más la atención que le daba mi abuela -conejitos, jazmín, rosas, malvón en el jardín.
Los museos de Bahía tienen parques y jardines, con árboles y plantas. Pero sólo uno tiene un patio armado a partir de más de sesenta patios de Ingeniero White, del Bulevar Juan B. Justo y del Saladero. El Museo del Puerto tiene en su patio el paseo de los bidones, armado con bidones, cubiertas, lavarropas, cajones de pescado...Un patio donde perderse entre muchos patios, entre muchas historias de dedicación y tiempo libre.
“Los patios son escenarios de un repertorio inmenso de saberes que están fuera de los catálogos conocidos: saber hacer una maceta, saber hablarle a una planta, saber cuidarla de la helada, saber inventarle un nombre, saber airear la tierra, saber considerar los diferentes conos de sombra que proyecta aquel eucalipto, saber distinguir en la tarde la proximidad de una tormenta, etc. Caminar entre canteros es advertir que para muchos vecinos saber es igual a hacer. En los patios fuera del saber práctico no hay saber.” (2)
6- Vamos de paseo
De chico fantaseaba con viajar con mi casa a todos lados. Como en Zathura. Más de adolescente -hoy también- me vinieron las ganas de viajar en casilla rodante o motor home pero no pasé de dormir en carpa. Tiempo libre en cualquier lugar, donde nos den ganas de frenar con el motor-home -casilla rodante. Parar en un pueblo perdido del interior del país al lado de una montaña. Mejor, a orillas de un lago, con una montaña al fondo. O al lado de una playa como las que registró Raúl Lacava en Mar del Plata. Tres años fotografió motorhomes en la rambla de mardel. No habló con los viajeros residentes, bueno, con uno si al que le pidió que diera vuelta su casa ambulante.Mercedes Benz, Bedfords hechos pelota, reconvertidos en casas móviles con un mar de fondo común de cielos despejados, nublados, por nublar, amenazantes, cielos de Mar del Plata.
¿De dónde vienen estos motorhomes? ¿A dónde van? ¿De qué viven sus ocupantes? ¿Están de paseo, en algún peregrinaje, cumpliendo una promesa, un trabajo, una condena? A Raúl Lacava no le interesa ninguna respuesta posible.
En “Colectiva” podemos ver un verdadero catálogo de cielos, y un catálogo de gente motorizada que sale de paseo buscando otros nortes, otros cielos. (3)
7- Jugar a la pelota hasta fundar un club
¿Y si resulta que jugar al fútbol es también tiempo de trabajo?
Si bien parece que al tener una parte de ocio en realidad no es trabajo, es el momento de los trabajadores para juntarse a pasar un buen rato juntos en equipo pero no trabajando.
En cercanías de la estación Aguará un grupo de amigos se juntaban a jugar a la pelota; unos eran empleados del lavadero Soulas y otros de la compañía Sansinena. Fuera del horario de trabajo se reunían a patear. Estamos hablando de principios del siglo pasado. Primero delimitaron la cancha pero enseguida empezaron a pensar en darle un club a Cerri, que no tenía. Así que construyeron una sencilla edificación que les servía de vestuarios y una pequeña sala para reuniones. Y el 12 de junio de 1914 -se vienen los festejos por los primeros 100 años- nació el primer club social y deportivo del pueblo. Un partido y una directiva dio el primer nombre al club. Jugadores del Lavadero Soulas y de la Compañía Sansinena se enfrentaron, ganó el equipo integrado por trabajadores de la Lanera, pero además el Sr. Juan Hours -gerente de la empresa frigorífica- no aprobaba esos partidos y prohibió también que se usara el nombre de la compañía para la nueva institución. Por todo esto el primer nombre de la nueva entidad deportiva fue Club Atlético Soulas.
De hecho, Club Atlético Soulas fue su primera denominación, hasta que en 1933 se inscribió en la Liga del Sur, la más antigua del interior del país, con el nombre oficial de Club Atlético Sansinena Social y Deportivo. La empresa Sansinena cedió el terreno para construir la cancha a metros de las instalaciones del frigorífico.
Sobre el frigorífico y la lanera, como he contado en Newsltetters pasados, tenemos una sala en el Museo Fortin Cuatreros. Y sobre los clubes de la ciudad estamos trabajando en el Museo del Deporte, junto a la Unión de clubes de Barrio el programa Barrio de Clubes.
El museo del Deporte Lito Fruet procura involucrarse y reconocerse en ese mundo de clubes, en la cultura barrial, para rescatar y darle visibilidad a las pequeñas y grandes historias que allí se tejen. Buscamos el registro de la cotidianeidad de los clubes y sus personajes, esas historias de sueños, trabajo, dedicación y pasión.
Lo popular habita, entonces, en las experiencias y el relato más que en los conceptos o razones. Lo popular está donde estén las historias: en el territorio, en la vida cotidiana y en la identidad de las comunidades. Por eso, lo popular tiene que ver con una riqueza expresiva en lo corporal, lo sentimental y lo narrativo. García Márquez en el documental La Escritura Embrujada (2006) afirma que “la cultura popular es cuestión no de estudiarla sino de vivirla”. Y así surge una de las mejores definiciones de lo popular: eso que se vive, no es lo que se estudia o se mira.
“no perdamos más tiempo, porque cómo bien dicen en inglés Time is money, el tiempo es un maní”
Bueno… Por ahora lo dejamos acá. Te invito a suscribirte —y a visitar los museos de Bahía eligiendo una actividad— y a decirle a tus amigos y amigas que se suscriban -y visiten los museos. Y, por supuesto, podemos seguir la conversación por mail o en las redes -y por los museos de Bahía.
Hasta la próxima.
Nos vemos por los museos
Christian
Bonus Track
Hoy no tengo ganas de hacer nada
Solo quiero quedarme acostado
No quiero ni agarrar el celular
Entonces, dejá un mensaje después del tono
Porque hoy te juro que no hago nada
Nada de nada
Bruno Mars - The Lazy song.
(1) Para que mejoren nuestros días. Ferrowhite museo taller.
(2) Catálogo del Paseo de los Bidones del Museo del Puerto de Ingeniero White
(3) Colectiva de Raúl Lacava. Premio Adquisición Bienal Regional de Arte. 2 Museos.
(4) La comunicación en mutación: remix de discursos. Adriana Amado, Omar Rincón.