No orientarse en una ciudad no significa mucho. Pero perderse en una ciudad como uno se pierde en un bosque requiere entrenamiento (1). No es sólo perderse, sino aprender a perderse, entrenar para perderse. Y no se trata de perderse en ciudades: lo interesante es aprender a perdernos en una ciudad, en nuestra ciudad.
Se trata no de enseñar desde nuestros museos sobre Bahía Blanca, sino de un modo de mirar y de leer a Bahía Blanca.
1- Usted está aquí
Primero lo primero: Bahía Blanca fue fundada el 11 de abril de 1828 con el nombre de “Fortaleza Protectora Argentina” por el coronel Ramón Estomba. Apenas 6 años después se veía más o menos así y se crea el partido de Bahía Blanca, designando los primeros funcionarios civiles.
El 24 de junio de 1886, los 4320 habitantes (en verdad menos porque sólo votaron los hombres) eligieron a Teófilo Bordeu, un joven de 29 años, como el primer intendente. Bueno, como era elección indirecta, la junta integrada por cinco vecinos eligieron a Bordeu como primer intendente. Ciudad de Bahía Blanca decimos desde el 22 de octubre de 1895 (2)
No se sabe exactamente quién le dio el nombre de Bahía Blanca. Primero, un accidente. Una bahía es una entrada de un mar, océano o lago rodeada por tierra excepto por una apertura, que suele ser más ancha que el resto de la penetración de la tierra
y después: ¿Es Blanca la Bahía? Y… depende, a veces. Como escribiera Darwin en su diario de viaje por la costa cuando quedó fascinado por este fenómeno del blanco intermitente que se le aparece luego de unos días de estar acá: “es como si hubiera caído una ligera nevada que el viento barrió en oleadas”. Pocos años después de la fundación de la Fortaleza Protectora, Darwin arriba a bordo del “Beagle”.
… Es raro, porque el nombre de nuestra ciudad hace referencia a un fenómeno que está y no está; es decir, con mucha frecuencia el nombre de nuestra ciudad es un nombre sin referente, sin justificación visible o verificable. Pero en esa inestabilidad del fenómeno también hay una advertencia sobre el carácter inestable de los espacios, y en su vínculo con el nombre de la ciudad otra advertencia acerca de la dificultad para separar un paisaje o, mejor, un territorio, de la lengua, como si no fuera posible caminar un ámbito sin recorrer la lengua a la vez.
Sergio Raimondi en Museonario.
2- Agua para vivir
Las condiciones naturales fueron las más valoradas por aquellos primeros pobladores. En un terreno llano y firme apto para la agricultura, la existencia de agua: El Napostá grande y la cercanía al mar con un puerto que facilitaría la accesibilidad.
En 1910, a sus 22 años de edad, el escritor Enrique Banchs visitó nuestra ciudad, como periodista de la revista El Monitor de la Educación Común, editada por el Consejo Nacional de Educación, con la misión de trazar un perfil de Bahía Blanca, que sería incluido en un número dedicado al centenario de la Revolución de Mayo.
“...con sus calles anchas y sus casas nuevas, es clara y el sol la lava toda con una prodigalidad que la hace sufrir. Que la hace sufrir, digo, pues a pesar de tan al sur, es en el verano de un clima desproporcionadamente caluroso, a cuya molestia se junta, en infeliz maridaje, un viento fuerte, ¿oceánico?, que levanta en sus calles torbellinos de tierra arenosa.” (3)
3- Vamos a la playa
La ciudad del puerto y el mar; es la que me contaba mi abuelo Manolo. Iba en tren, con toda la familia a bañarse a Puerto Galván; tuvimos playa en Bahía Blanca pero. (4)
En 2003 el Museo del Puerto trabajó con los chicos de 6to año de la escuela nº 21 del Bulevar Juan B. Justo. El Bulevar apareció entonces como una playa de extrañas palmeras caribeñas adaptadas al salitre, aunque felizmente cangrejos, salicornias y otros elementos muy conocidos seguían estando allí, al igual que las piedras cubiertas por el barro de la ría. En fin, se pudo advertir que esa costa no se diferenciaba mucho de la que sus padres y abuelos habían conocido.
Podés ver más del balneario de la usina y ver y escuchar a Atilio Miglianelli.
4- Cómo era Bahía Blanca en el futuro
“Al día siguiente de mi llegada (a Buenos Aires), a las ocho de la mañana tomaba yo el tranvía eléctrico para ir a visitar la capital de la nueva provincia –Progreso-, cuya capital Bahía Blanca, de tres millones de habitantes, es hoy el puerto de entrada y salida de todos los productos extranjeros y del país, porque los grandes buques actuales no pueden entrar a ninguno de los puertos antiguos (Rosario, Buenos Aires, La Plata) que están únicamente dedicados a cabotaje.”
Escribía Nilo María Fabra en Un viaje a la República Argentina en el año 2003 en 1889 y podés leerlo acá.
5 - De clubes y Básquet (Capital del)
Un año después de ser ciudad nace el primer club de Bahía Blanca: fundado el 1º de noviembre de 1896 con el nombre de Bahía Blanca North Western Athletic Club, tuvo como primer presidente a don W.B.Harding Green.
Si hablamos de clubes y deportes, Bahía es la capital Nacional del Básquet y, dicen que, el 21 de mayo de 1910 aquí se habría disputado el primer partido de básquetbol llevado a cabo en Argentina, entre integrantes de la tripulación de varios barcos estadounidenses amarrados en el puerto de Ingeniero White. Ahí comenzó la historia del básquet en la ciudad que nos lleva por Lito Fruet, Pedro Cabrera, Alfredo De Lizaso, Pepe Sanchez, el Puma Montecchia y Manu Ginobili.
6- Las artes visuales
Ya en 1884, Estevan Ricard nos decía que para el 1900 en Bahía Blanca íbamos a tener en el centro de la ciudad al museo de Antropología. (5) Bueno, no; el primer museo de la ciudad fue el de Bellas Artes, que abrió sus puertas en 1931 en la calle Belgrano, lo que es hoy el ingreso al estacionamiento de la Municipalidad. Con el primer Museo de la ciudad hecho realidad, se cerraba una etapa. Pero las cuestiones que implicaban (e implican) sostener una institución pública, abrieron otra etapa.
7- Panza llena, corazón contento
Si me voy a Cerri en diciembre tengo la Fiesta provincial de la Carne con 10 ediciones realizadas. La Compañía Sansinena fue inaugurada en 1903 y, hasta mediados del siglo XX toda la región contó con una gran presencia de sus productos. Además de efectuar múltiples embarques de carnes congeladas, especialmente a Europa durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía instaló diferentes carnicerías por toda la zona, comercializando sus productos bajo el nombre de La Negra.
En el puerto, en White y en estas fechas, tenemos la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino, con ya 31 ediciones, y por el mes de noviembre tenemos la celebración de San Silverio, protector de los pescadores, cuya figura dicen que trae suerte. Después de muerto, Silverio fue beatificado y canonizado, siendo patrón de la isla de Ponza, en Italia. En su fiesta, se tiran flores al mar. Si flotan, se habla de un buen año de pesca. Y si no…
Estoy lleno solo de haber escrito y de todas estas fiestas que tenemos en la ciudad, pero un lugarcito para lo dulce siempre me hago. Me voy a comprar un cubanito bañado en chocolate. En este 2023 tuvimos en el Parque de Mayo la primera edición de la Fiesta del Cubanito.
Y ahora sí que me está dando hambre, o al menos ganas de comer algo. Me voy a regalar un Chiplú; ya casi no los venden pero, por suerte, tengo la receta, así que me lo hago.
8- Por nacer entre océano y pampa (Bonus track)
“Entre el mar infinito y la pampa vas creciendo, animosa ciudad”.
Y así de premonitorias fueron las palabras de Carlos Alberto Leuman. La ciudad, la zona urbana, creció tanto que el espacio para la vegetación nativa ha quedado en pequeñas áreas. Uno de esos lugares es el Parque de la Ciudad, y el Museo de Ciencias es quien las preserva, estudia y divulga. (7)
No sé si me pudieron seguir o medio se perdieron. Lo importante es perdernos con una mirada panorámica de la ciudad como método, creando o eliminando fronteras y límites, (re)conociendo el territorio a partir de puntos de referencia propios. Entre lo impreciso y lo concreto, explorando la multiplicidad de experiencias, las capas de historia, abriendo la mirada hacia aquellas manifestaciones –imperceptibles en lo cotidiano- de una distancia engañosa.
No bien empezamos a orientarnos, el paisaje desaparece de golpe como la fachada de una casa cuando entramos en ella. Una vez que empezamos a orientarnos en algún lugar, aquella imagen primera no podrá reproducirse nunca más. (8)
Bueno... por ahora lo dejamos acá, que se vienen los festejos por el 195 aniversario de Bahía. Te invito a suscribirte —y a visitar los museos de Bahía— y a decirle a tus amigos y amigas que se suscriban -y visiten los museos de Bahía-. Y, por supuesto, podemos seguir la conversación por mail o en las redes -y por los museos de Bahía-.
Hasta la próxima, nos vemos por los museos,
Christian
Martín Kohan en Zona Urbana sobre los textos de Walter Benjamin sobre Berlín. Martín Kohan que también se pierde en Bahía Blanca.
Los mapas y el documento se encuentran en el Museo y Archivo Histórico.
Ciudades argentinas de Enrique Banchs. 17 grises. El prólogo de Omar Chauvié se puede leer acá
La conformación del espacio urbano en el siglo XX. En Cernadas M y Marcilese J (Compiladores) Bahía Blanca siglo XX. Historia política, económica y sociocultural.
BENJAMIN, Walter (1987). Dirección única. Madrid: Alfaguara.