Para sentir que algo se viene no es necesario ser vidente. Últimamente - Dillom
Estoy pensando en el tiempo y en el valor de ese tiempo, de cada minuto. De cada momento que dedicamos a qué. En el tiempo de generar contenido y cómo nos hacemos tiempo para poder consumir ese contenido. Y contestar y aportar contenido al contenido generado. Así que hoy empiezo este newsletter diciéndoles gracias a ustedes por leer, por escribirme al mail, por poner que les gustó y por compartir este newsletter personal, un pastiche de cosas que me interesan con eje en los museos, pero en donde se cruza la música, el arte, la cultura, la tecnología y la política.
Si me estás leyendo por primera vez, se trata de un newsletter de escritura personal, un archivo de ideas, proyectos. De museos y de mí.
Como mantengo en la presentación en Substack, este newsletter se trata sobre la vida de los museos contada desde adentro; es una forma de traer ideas relacionadas con museos, pasadas, presentes y futuras y, en el camino, contar algunas historias de mi pasado con música, lecturas y alguna peli que siempre me acompañan. Lo estoy disfrutando.
1 - El mundo nuevo
Mareado de novedades tambalea el mundo nuevo, y hay un hambre de verdades que se fueron de paseo. Pantalla Del Mundo Nuevo - Riff
La comunicación es la forma de interacción entre dos o más personas, ya sea mediante la palabra hablada o escrita, los gestos, ademanes, expresiones emocionales, etc.
Diez años atrás abría una charla sobre comunicación en museos diciendo: estamos aprendiendo a vivir en un nuevo mundo que es un mix del online y el offline. En poco más de una década, la confluencia de internet, el teléfono celular y las llamadas redes sociales han revolucionado la comunicación colectiva.
Se sabe que la brutal transformación social experimentada en muy pocos años, mucho a causa de la revolución de internet, el ecosistema digital, las redes sociales y la vida en plataformas, impactó con fuerza en la forma de relacionarnos, en el trabajo, en la circulación e impacto de la información, en lo cotidiano.
Lo efímero es la norma en estos tiempos digitales y es opuesto a la pasividad de los museos; como decía Boris Groys en Arte en flujo (2016), las instituciones están ahí estáticas y el arte va deprisa por otros canales, circulando. Yo diría que los públicos (los no- públicos) andan deprisa por tantos otros lugares. Una nueva era donde todo va deprisa, donde poco deja huella.
En esta reconfiguración cultural vivimos otros rituales, otros modelos de estar juntos, otros modos de producir y narrar, otra experiencia. Atentos a que sigue cambiando constantemente es que tenemos que pensar cómo contamos nuestros museos, cómo hacemos que nuestros museos sean relevantes.
No me voy a quedar ciego, veo a través de ti, veo a través de ti, voy a ir a buscarme, voy a ir a buscarme, voy a conectarme. No me voy a quedar ciego por la luz que se refleja Escuchame ¿Podés escucharme? ¿Podés escucharme? Connected - Stereo MC´s
2 - El presidente memea #AMileiNoSeLePara
Ya sea arma de largo alcance o terrorista suicida, la mente malvada es un arma de destrucción masiva ya sea que te alejes del sol o de la BBC, la desinformación es un arma de destrucción masiva. Mass destruccion - Faithless
Ser famoso se ha vuelto importante: uno no es alguien por lo que realmente es, sino por el reconocimiento de los demás. Y lo asombroso es que debido a la tecnología y a las redes sociales todos tenemos una chance de ser famosos a cada momento, como dijera Andy en los 60 “En el futuro, todos serán mundialmente famosos por 15 minutos”.
Cambió la forma de comunicar, pero también el modo de consumir información. Cambiaron las audiencias y los perfiles de las mismas. (Nota mental: Los museos no llegan a entenderlo) Lo supo entender Milei y quienes lo rodean y ahí tenemos parte de su éxito. A todo gobierno se lo evalúa por sus resultados en relación con el bienestar socioeconómico y este no será la excepción.
Yo veo al futuro repetir el pasado, veo un museo de grandes novedades, y el tiempo no para, no para, no para. El tiempo no para - Bersuit Vergarabat
"Especialmente en un momento tan difícil económicamente para Argentina, un estilo de comunicación como el de Javier Milei te corre la conversación. Ciertos temas más sociales, culturales, motivan a la gente, le da rédito de que se hable de eso y no de temas económicos, porque eso genera un volumen de pasión y de ruido, motiva mucho más que la dolarización que inevitablemente es un debate técnico", analiza Silvio Waisbord, profesor en la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la Universidad George Washington.
Milei y sus ministros mantienen la continuidad discursiva, el tono y la estética de su comunicación. En su continuidad narrativa repite no sólo las formas y el encuadre, sino las lógicas de la comunicación de campaña sin acabar de girar hacia modelos propios de la comunicación de gobierno. Gobernar por decreto es decidir no de frente al pueblo, sino dejándolo fuera de la conversación.
"En las redes se comprueba el porcentaje altísimo de personas crueles y perturbadas que hay en el mundo. Debe haber alguna forma de rechazar esta 'cruelización' de la sociedad, pero es difícil", reflexiona Dolina. (1)
Porque, lejos de ser accesorio, ese comportamiento resulta un componente esencial para su estrategia. “El presidente troll exitoso agita emociones. Logra grandes audiencias a fuerza de provocación, gritos, toques de humor, sátira y hasta insultos. Es un fenómeno muy de la cultura digital, en el sentido de una actitud pendenciera, provocadora, irónica, comentarios con sorna, con burla, es un bully digital”. Frente a esto, el desconcierto.
Hay comunicación también cuando escuchamos que la economía va a subir como pedo de buzo, cuando escuchamos que los chinos son todos iguales. Como aseguran en el equipo de comunicación de Milei: "Que hablen, que digan lo que quieran, pero que hablen de nosotros".
Los chicos glamorosos siempre están en la lista de invitados, siempre los encontrás en los lugares más populares de la ciudad, serán tus amigos si sos famoso o tenés fortunas. Glamour boys - Living colour
Salvador Dalí opinaba que “el que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos”. Por eso una de sus máximas era: “Lo importante es que hablen de vos, aunque sea bien”, recordando la famosa frase del publicista Ivy Lee en la que aseguraba que “lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal”. En esa línea, pero antes, Oscar Wilde dijo: "Hay solamente una cosa en el mundo peor a que hablen de ti, y es que no hablen de ti”.
“…Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien. De los mediocres no habla nadie, y cuando hablan sólo dicen maravillas.“ Salvador Dalí.
Todos esto de Dalí, Wilde e Ivy aparece como lemas terribles para el área de los museos y la política, donde se supone que lo que más importa son precisamente los contenidos. Frank Gehry o Zaha Hadid, por ejemplo, han diseñado edificios que son en sí mismos obras de arte, atrayendo visitantes que se acercan por el volumen arquitectónico sin importar las colecciones o los programas. En la política, de hecho, los encuestadores no sólo miden la imagen positiva y negativa de un aspirante, sino su grado de conocimiento entre la población. Porque se supone que el votante va a inclinarse por lo que mejor conoce. ¿El mensaje? poco importa.
Es el buen consejo que simplemente no tomaste ¿Y quién lo habría pensado? La vida tiene una manera de joderte. Ironic - Alanis Morissette
La nueva política se ha instalado en un estado de excepción permanente que busca captar la atención con mecanismos narrativos propios de la novela, del cine, de las series: lo esencial es el ritmo.
3 - Estamos en el aire
Ella va a soñar con el mundo en el que quiere vivir, ella va a soñar en voz alta - Zooropa - U2
En La Plata me quedaba a la noche escuchando música o radio mientras hacía los prácticos para la facultad. El show de los Triciclos clos, en Rock and Pop de 3 a 6 de la mañana. Ahí conocí a Daniel Aráoz. Antes, de 24 a 2 de la mañana, escuchaba “La venganza será terrible”, con Dolina, Stronati y Rolón.
Años después hice radio. En 2005 y 2006 hicimos Abelardo -acción radial. Una agenda cultural de la ciudad de Bahía Blanca en la que, por sobre todas las cosas, invitábamos a la gente a salir, a no quedarse en casa. Invitábamos de esta manera o de esta otra manera o de esta otra. Hablábamos de cine, música, teatro, y pasábamos toda la agenda de eventos de la ciudad con un personaje llamado Findeseman. Pasábamos poemas sonoros dadaístas. Dos años estuvimos al aire. Así sonaba el cierre de cada programa. Teníamos web y hacíamos eventos.
Después hicimos Habemus en Vorterix y en Urbana y también streaming. La semana pasada estuve en Radio UNS en el programa del amigo Ariel Palacio, Frecuencia de Diseño charlando un poco de diseño, arte, museos y de comunicación.

Las radios de Babel se entremezclan y se sobreponen entre ellas, dejando desvanecer el sonido de las palabras y con ellas el sentido. Se establece por tanto una pérdida del derecho de escuchar de modo discernible y, consecuentemente, de la posibilidad de entender la historia narrada por otros. El mismo artista nos dice:
… la referencia era Babel, en el sentido de que, por acumulación, se convertiría en una torre de incomprensión, más que de comprensión (incomprensibilidad vs. comprensibilidad) porque cada radio se convertía en una emisora diferente, emitiendo un sonido diferente.
En esta “torre de la incomprensión” los aparatos de radio hablan en presente continuo, “como un sensor ideológico, da una poca idea del contexto sonoro del aire.”
4 - Creer ciegamente en un producto
Sin una brújula moral todos estaríamos a la deriva, así que para mantenernos orientados, el Señor nos dio un regalo y, como la mayoría de los regalos que recibimos, era un libro.
Sólo leí un libro, pero es un buen libro, ¿no sabes? Yo actúo de la manera en que actúo porque el Buen Libro me lo dice. Si quiero saber cómo ser bueno, es al Buen Libro que voy. Porque el Buen Libro es un libro y es bueno y es un libro. Sé que el Buen Libro es bueno porque el Buen Libro dice que es bueno. El buen libro - Tim Minchin
Una institución que ha definido una narrativa poderosa, que se ha adaptado a diferentes contextos culturales y ha sabido propagar su mensaje de manera estratégica, es la iglesia. La mejor estrategia de comunicación de la historia.
Primero, mantienen una narrativa constante, coherente y convincente, centrándose en la historia de Jesucristo y la promesa de salvación. Esta narrativa se ha mantenido a lo largo de los siglos, acompañada de un branding reconocible: símbolos como la cruz y la figura de Jesucristo se asocian automáticamente con la religión.
Además, las estrategias de comunicación, los sermones y la música han sido diseñados para llegar a diferentes audiencias y mantener la participación de los fieles. Su mensaje ha sido tan poderoso y constante que han construido una comunidad sólida y un sentido de pertenencia que impulsa el boca a boca, una forma de marketing orgánico que ha resistido la prueba del tiempo.
6 - Comunicación sin emoción
El museo como un medio de comunicación. Autores como Néstor García Canclini y Andreas Huyssen han escrito sobre el museo como medio de comunicación y antes lo había hecho Eliseo Verón hablando de la muestra, del carácter expositivo del museo para luego retomar y ampliar a todo el museo. Y, más recientemente, toman a este concepto Umberto Eco e Isabella Pezzini.
Pareciera que estamos en un momento en que los museos son más visitados pero a la vez menos importantes. (Llevame al museo papi) Para dar vuelta esta paradoja que nos puede llevar a lo banal, marginal o transparente, es urgente que se considere a la comunicación como una variable más de la gestión, junto a la investigación y la conservación. Si se utiliza el sentido común, la creatividad y la innovación, la comunicación es una pieza más para construir una vía que devuelva a los museos su importante papel social.
Comunicar museos, ¿para qué?
Las estructuras de comunicación en los museos son pequeñas o inexistentes. No suele haber áreas específicas y en muchos casos las funciones de comunicación están difuminadas con otras funciones. Esto no contribuye a la profesionalización de la actividad comunicativa en los museos, y tampoco ayuda a la consolidación de la comunicación como una actividad estratégica en museos.
De la conservación, la educación, la investigación, son profesionales quienes se hacen cargo, pero parece que la comunicación la puede hacer casi cualquier persona con buena voluntad en el museo y, como decía Ernesto Esteban Etchenique, no basta la buena voluntad si intentas apagar el fuego con gasolina. Si creemos que estar en contacto con nuestro público y promocionar lo que hacemos es únicamente compartir un link en nuestras redes sociales o publicar un flyer tenemos que empezar de cero. Y si, además, el éxito en redes de publicación se mide por la cantidad de visitas, también le pifiamos. Un poco a la manera en que se medía el éxito de ciertas políticas públicas y los eventos culturales de masas bajo el criterio de las industrias culturales, pero con la diferencia de que ahora se manifiesta en su máxima abstracción.
Por eso, a la hora de ponernos a trabajar, no sólo tenemos que conocer estas nuevas herramientas y plataformas, sino, sobre todo, entender los conceptos, las motivaciones y las decisiones que nos permitirán su buen uso, la construcción de un relato claro y coherente, un mayor conocimiento sobre nuestros públicos, las variables para generar un vínculo más sólido y la posibilidad de conseguir nuevos fans y esforzarnos para ir construyendo una comunidad alrededor de nuestra propuesta. Todo bajo el criterio de generar contenidos y ser capaces de distribuirlos, para comunicar no sólo nuestros museos, sino también los valores que aportan a una mejor experiencia con nuestros públicos, buscando superar las expectativas que proyectan sobre nosotros.
He escuchado que tanta comunicación nos saca de lo importante de los museos, que es estar con el objeto real. O que el marketing y las herramientas de comunicación nos alejan de la esencia del museo. Y que, adaptando el disco de los Auténticos Decadentes: Cualquiera puede comunicar. ¡Buoh! Primero respetar a cualquiera de las disciplinas que hacen un museo; conservación, educación, comunicación, montaje, curaduría y el resto para luego entender que todo se tiene que hacer con sentido. Nada reemplaza la experiencia de la contemplación directa del objeto u obra, pero no es competencia, es complemento al servicio de los objetivos del museo.
7 - ¡Veni veni, cantá conmigo!
Salir a respirar en pecho y escuchar los gritos de la hinchada y el chiflido del entrenador. Respirar en crol para el lado que está el entrenador que te acompaña agitando los brazos.
En el tenis hay que hacer silencio. En el ajedrez hay que hacer silencio absoluto, no podemos llevar a la barra para que nos aliente. Ahora, en el fútbol o el basquet es bien distinto. Ya es todo un ritual el de ir a alentar, es decir, una secuencia que tiene cierta lógica y se repite, y así se van construyendo comunidades.
Los cantitos de hinchada nos identifican; canciones que se crean sobre otras; se reescriben las letras no solo para alentar a tu equipo o a la selección (¿quién no tiene en la mente “muchachos?”, o también “Vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a ganar, que esta barra quilombera no te deja no te deja de alentar) sino también para burlarse o insultar al rival (¿quién no retiene en la memoria “Brasil decime qué se siente, tener en casa a tu papá” o “El que no salta es un inglés”?),”.
El hecho de que en la cancha se puedan decir cosas que en otros espacios no, nos habla de un espacio sin censura, espacio de libertad de expresión, pero, a la vez, de construcción de subjetividades y de reproducción de ideologías de superioridad (racial, de género, política, etc.).
¿Qué cantamos cuando alentamos?
"Mi buen amigo" ¿Te la acordás? Del operativo Sol, ¿te acordás? Se le comunicaba a la gente que no podía llevar en el auto a sus mascotas si iba a veranear a la Costa Atlántica.
Canción de Poggy Almendra, interpretada por una niña llamada Gracielita:
Bobby, mi buen amigo, este verano no podrás venir conmigo, hoy escuché cuando papá decía que esta vez no te podrá llevar. Bobby no me extrañes mucho, pronto voy a regresar, cuida todos mis juguetes, Bobby no te portes mal.
Si, ya sé, en la cancha con la letra original no la escuchaste nunca. La melodía sí, pero con una letra distinta, un poco más polémica: la de Nueva Chicago dirigiéndose a la gente de Almirante Brown.
Escuchen corran la bola se hicieron putos los negros de Casanova que lindo es vamo’ a cojer allá en los ranchos cerca de la ruta 3. Los negros llega la noche y se visten de mujer para hacerse un par de pesos porque tienen que comer.
No sólo discriminan por cuestiones de género o refuerzan estereotipos que tienen que ver con las masculinidades, sino también mediante la xenofobia o la animalización de la hinchada rival.
Chicos, chicos, esperen, no cantemos esto porque es discriminador, veamos qué otra cosa decimos. No, así no funciona, estamos hablando de una transformación cultural nada sencilla. Vamos de a poco, pero constante e hinchando.
Para empezar a romper con esto, el próximo finde, en la Plaza del Algarrobo, vuelve el taller de hinchadas de Museos Caseros y el Museo del Deporte.
Y ya lo ve, y ya lo ve, llegó la muni a tu barrio. (cantesé con tilde en la ó)
Vení vení, venite el sábado que viene a la tarde que entre todas y todos vamos a armar rimas de aliento bahiense.
Para ponerle marcha y ritmo, estará el Búho Briglia, y sumaremos algo de percusión casera y canchera. Tachín pum tachín pum!!! Vamos a cantar y a soñar juntos.🎶
Si sos muy hincha o un poco hincha o te querés convertir en un buen hincha, mandate a la Plaza del algarrobo que entre las 13 y las 17 alentamos y alentamos, porque hinchada no hay una sola.
8 - Ceci n'est pas une papá
Mi viñeta. Ilustrada por Pedro Díaz Frontini inspirándose en las ilustraciones de Anna Lubinska y en mí.
En una búsqueda del propio museo lo primero es la idea de museo. Cada uno de nosotros estamos preparados para formar un museo imaginario, como propuso André Malraux. Federico Klemm el banquete telemático
9 - ¿Hola qué tal, cómo estás?
Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás? De nuevo aquí para encontrarnos. No escucho bien lo que decís, pero reí para afirmarlo. Hola que tal - Las Pelotas
Cuando suene el teléfono sepan que soy yo. Yoko Ono. 2016 Malba.
Mi viejo responde al teléfono con un ¿Diga?, o un ¿Hable? Pero mi viejo ya sabe quien lo llama porque antes de responder mira en la pantalla y tiene el nombre. Antes era: ¿Diga?, y enseguida ¿Quién habla? Antes no preguntábamos dónde estás porque llamábamos sabiendo a donde estábamos llamando, tal vez no a quién. Hoy es más, Hola, ¿qué tal? ¿Estás en tu casa? ¿Estás trabajando? ¿Estás manejando?, ¡cortá!
Museo de la Historia de la Comunicación
De las señales de humo a un meet a través del celular o una tablet.
Las comunicaciones han avanzado tanto que ni siquiera necesitamos avisar a la gente por teléfono. Y, en los próximos 100 años, ¿tendremos también nuevas transformaciones en las relaciones humanas provocadas por la comunicación? Oi futuro
Brasil fue uno de los primeros países en implantar el teléfono después de que el emperador Pedro II quedase impresionado al conocer en 1876 el teléfono de Graham Bell en una exposición en la ciudad estadounidense de Philadelphia.
La muestra recuerda la célebre frase que dijo el emperador al oír la voz de Bell declamando Hamlet al otro lado de la línea: «Meu Deus, isso fala» («¡Dios mío, eso habla!»).
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El medio es el masaje - Marshall McLuhan
¿Hola? Un réquiem para el teléfono de Martin Kohan
Cibernovia - Leo Masliah
Dias de radio - Woody Allen
Ni una sola palabra de amor. El niño Rodriguez
Si la vida pudiera ser siempre así Annie Hall - Woody Allen. McLuhan
Alejandro Dolina en la feria del libro